La desaparición de hábitats y el uso de pesticidas están provocando la pérdida de especies de polinizadores en todo el mundo, lo que supone una amenaza para los ‘servicios ecosistémicos’ que proporcionan alimentos y bienestar a muchos millones de personas alrededor del mundo
Más del 40% de las especies de insectos está en declive y un tercio ya se encuentra en peligro de extinción, según un informe de la Organización de las Naciones Unidas, que afirma que la población total de insectos está disminuyendo a un ritmo de 2,5% anual. Esto significa que para finales de este siglo podrían pasar de ser el grupo que constituye la mitad de los seres vivos a solo un capitulo más en la historia de nuestro planeta.
Eso sí, si en algún momento se llega a alcanzar ese extremo, la ONU tiene en cuenta que todos los seres posteriores en la cadena trófica, incluidos los humanos, sufrían en el corto plazo el mismo destino debido a su vital papel en los ecosistemas: “Su desaparición acarrearía un colapso catastrófico de los ecosistemas de la naturaleza. Necesitamos actuar con urgencia en muchos frentes para frenar este declive”, señala Marieta Sakalian, experta en biodiversidad de ONU Medio Ambiente.
Las abejas, mariposas, avispas, escarabajos, murciélagos, moscas y colibríes que distribuyen el polen, vital para la reproducción de más del 75% de los cultivos alimenticios y las plantas con flores, incluidos el café, la colza y la mayoría de las frutas, también están disminuyendo a un ritmo alarmante, algo que llamó la atención a los investigadores de la Universidad de Cambridge.
“Estas pequeñas criaturas juegan un papel central en los ecosistemas del mundo, incluidos muchos de los que los humanos y otros animales dependen para su nutrición. Si se van, es posible que tengamos serios problemas”, aclara Lynn Dicks del Departamento de Zoología de Cambridge.
Por ese motivo, él y un equipo de 20 científicos y representantes indígenas decidieron realizar una evaluación inicial de los factores impulsores y los riesgos de la disminución de polinizadores en todo el mundo que ahora se publica en la revista Nature Ecology & Evolution.
Según exponen en el trabajo, las tres principales causas mundiales de pérdida de polinizadores son la destrucción del hábitat, seguida de la gestión de la tierra, principalmente el pastoreo, los fertilizantes y el monocultivo de cultivos agrícolas, para terminar con el uso generalizado de pesticida. El efecto del cambio climático ocupa el cuarto lugar, aunque afirman que “los datos son limitados”.
En este sentido, aclaran que el mayor riesgo directo para los seres humanos en todas las regiones es el “déficit de polinización de los cultivos”, siendo grave o alto en dos tercios del planeta, desde África hasta América Latina, donde muchos dependen directamente de los cultivos polinizados a través de la agricultura en pequeña escala.
La pérdida de acceso a “polinizadores controlados” como las colmenas industriales se clasificó como un alto riesgo para la sociedad norteamericana, donde impulsan cultivos como manzanas y almendras, y han sufrido graves disminuciones por enfermedades y “desorden de colapso de colonias”.
El impacto de la disminución de polinizadores en las plantas y frutas silvestres se consideró un riesgo grave en África, Asia-Pacífico y América Latina, regiones con muchos países de bajos ingresos donde las poblaciones rurales dependen de los alimentos de cultivo silvestre.
Latinoamérica, muy afectada
De hecho, se consideraba que América Latina era la región con más que perder. Los cultivos polinizados por insectos como el anacardo, la soja, el café y el cacao son esenciales para el suministro regional de alimentos y el comercio internacional en todo el continente.
También es el hogar de grandes poblaciones indígenas que dependen de plantas polinizadas, con especies polinizadoras como los colibríes incrustadas en la cultura y la historia oral. En este sentido, consideran que su desaparición podría acarrear la “pérdida de calor estético y cultural a nivel mundial”.
“Los polinizadores han sido fuentes de inspiración para el arte, la música, la literatura y la tecnología desde los albores de la historia de la humanidad. Todas las principales religiones del mundo tienen pasajes sagrados sobre las abejas. Cuando la tragedia golpeó a Manchester en 2017, la gente buscó a las abejas como símbolo de la fuerza de la comunidad “, explica Lynn Dicks.
Asia Pacífico era otra región mundial en la que se percibía que la disminución de polinizadores planteaba graves riesgos para el bienestar humano. China e India dependen cada vez más de los cultivos de frutas y hortalizas que necesitan polinizadores, algunos de los cuales ahora requieren que las personas polinicen a mano.
Los investigadores advierten que no se sabe lo suficiente sobre el estado de las poblaciones de polinizadores en el hemisferio sur, ya que la evidencia de disminución aún proviene principalmente de regiones ricas como Europa, donde al menos el 37% de las especies de abejas y el 31% de las mariposas están en declive.
Los déficits de polinización y la pérdida de biodiversidad se consideraron los mayores riesgos para los europeos, con el potencial de afectar cultivos que van desde las fresas hasta la colza.
“Este estudio destaca cuánto aún no sabemos sobre el declive de los polinizadores y los impactos que esto tiene en las sociedades humanas, particularmente en partes del mundo en desarrollo”, indica Tom Breeze, coautor y becario de investigación en economía ecológica de la Universidad de Reading.
“Si bien tenemos datos sobre cómo les está yendo a los polinizadores en regiones como Europa, existen importantes lagunas de conocimiento en muchas otras. Se necesita más investigación a nivel mundial para que realmente podamos comprender los problemas que enfrentamos y cómo podríamos abordarlos “, concluye Tom Breeze.