“Los animales se encuentran indefensos y solo nosotras podemos ayudarles”

Fuente: SALTODIARIO

Entrevistamos a tres activistas del movimiento de Liberación Animal. ¿Quiénes son? ¿Por qué dedican su tiempo y su esfuerzo a defender a los animales?.«La población en general ahora tiene mucha más sensibilidad con los animales, pero hasta que eso tenga consecuencias hace falta más tiempo, por eso hay que seguir trabajando mucho»

Reuniones, asambleas, mesas informativas, manifestaciones, campañas, performances, pegadas de carteles, reparto de folletos, etcétera forman parte de su día a día, que han de compatibilizar con su vida familiar y laboral. Lo hacen sin obtener nada a cambio, aparte de la satisfacción personal por hacer aquello que consideran justo y correcto. Conscientes de la poca valoración que la sociedad, sus familias y sus amistades hacen de su trabajo, continúan en su lucha año tras año, lanzando el mensaje de que los animales merecen ser respetados. En esta entrevista a tres bandas, Tamara, Sandra y Arantza nos cuentan sus impresiones.

¿Qué fue lo que hizo que empezarais a preocuparos por la situación de los animales no humanos?¿Hubo alguna cosa en concreto que os hizo cambiar el chip?
S. Lo que primero percibes como maltrato es el uso de animales en las tradiciones y espectáculos como la tauromaquia. Pero a medida que te informas descubres que en realidad explotamos a todos los animales, no solamente en el terreno de las tradiciones o entretenimientos, hay mucho más detrás.
A. Desde niña, lo que más te llamaba la atención era la tauromaquia, no podía entender cómo podía haber gente que disfruta con eso. Cuando retransmitían corridas de toros en televisión, me parecía un horror. Hace años, esperando en la parada del autobús vi un cartel anunciando las corridas. Me puse a calcular los toros que mataban cada día y cuando vi que en las fiestas se mataba a 54 toros me impactó, me pareció algo brutal. A raíz de esto hicimos nuestra primera acción, elaboramos un cartel contra la tauromaquia, y pegamos copias por toda la ciudad. Lo que te hace cambiar el chip en la cabeza es diferente según cada persona.
S. Yo recuerdo que me recomendaron una charla de Gary Yourofsky en Youtube. Aunque había escenas fuertes, no fueron las imágenes, sino sus palabras. Comprendí que todos los animales, incluidos los seres humanos, sentimos por igualTodos queremos vivir en libertad y no ser dañados. Nunca me había planteado dejar de comer carne, pero tras ver el vídeo, fuí a abrir la nevera y experimenté un rechazo total al ver la carne. Empiezas a ver el mundo de otra manera. Pensaba que vivía en un mundo bueno, un mundo ideal, pero cuando ves que pasa esto te enfadas con el mundo y con la sociedad en general, te sientes frustrada y piensas en por qué no te has dado cuenta antes.

¿Qué os hace continuar?
T. A mí me hacer seguir saber que los animales se encuentran totalmente indefensos y que solo nosotras podemos ayudarles. Creo que la sociedad va avanzando lentamente en este aspecto y por eso mismo tenemos que seguir apostando por ello, aunque sea sacrificado, veo necesario no dejar de trabajar por los animales.
A. Como ocurre en cualquier otra lucha social, si no estás de acuerdo con cómo son las cosas, tienes que hacer lo que está en tu mano para cambiarlo. Hay otras luchas muy visibles en las que hay mucha participación de gente, sin embargo con los animales no es así. Esto en parte es porque la gente no es consciente de la situación real de los animales y en parte porque requiere cambiar interiormente y eso a la gente le cuesta. Así que, si quieres que la situación cambie tienes que implicarte y seguir trabajando.

¿Por qué no estáis de acuerdo con la explotación de los animales?
T. Yo no estoy de acuerdo porque no encuentro razones para no tener en cuenta el sufrimiento de los animales.
Considero que es injusto que los animales sean tratados como objetos o como recursos y que no se tenga en cuenta su sufrimiento y su manera de sentir. Y me parece más injusto aún sabiendo que es algo totalmente innecesario, que no necesitamos utilizar a esos animales para satisfacer nuestras necesidades.
A. Sabemos que los animales sienten, como nosotros, ellos quieren vivir su vida, quieren ser felices, quieren disfrutar de su vida. Al explotarlos no se tienen en cuenta sus intereses, se les trata como simples objetos y realmente es innecesario ya que podemos vivir sin comer animales, sin vestirnos con sus pieles, sin usarlos para espectáculos. Si se hace es por egoísmo, por comodidad, por vagancia. Cuando requiere el esfuerzo personal de cambiar tus hábitos mucha gente sencillamente no lo hace, pese a estar de acuerdo con el respeto a los animales. Pero cuando te pones a hacerlo, realmente no es un esfuerzo tan grande.

¿De entre todas las situaciones de explotación de los animales hay alguna que os duela especialmente, que os haga revolveros?
A. No podemos cuantificar el dolor que padecen los animales, quizá podemos cuantificar los años que pasan sufriendo. Por ejemplo si te paras a pensar en las cerdas en las jaulas de gestación siendo embarazadas forzosamente una y otra vez ¿Cuántos años estarán en esa situación? Teniendo crías sin parar, se las quitan para comérselas y así una vez tras otra. O las vacas «lecheras» o los pollos que viven solo 45 días, una vida corta, pero quizá lo que sufren en esos 45 días es terrible. Sí es cierto que hay algunas imágenes o algunos vídeos que nos tocan más la fibra, pero con los animales «de granja», al ser algo muy implantado en nuestra cultura, es más difícil empatizar. Por ejemplo hace poco vi una foto de un rinoceronte al que habían matado para quitarle el cuerno, puede ser que hasta su muerte ese animal tuviera una vida feliz, pero al ver esa foto parece que se te encoge algo dentro de tu cuerpo. A otras personas puede que les pase eso con una foto de experimentación y a otras con una foto de un matadero.

¿Habéis colaborado con organizaciones y colectivos?
S. Yo colaboré con PDA (Plataforma por la Dignidad Animal), una plataforma antitaurina, ahí empecé y la verdad es que muy a gusto, conocimos a muchas personas que trabajan por los derechos de los animales y hemos llegado hasta donde estamos ahora gracias a ellas y ellos. Los medios económicos eran reducidos, poníamos dinero entre todas para hacer pancartas o lo que fuera. Después me incorporé a Piztiak y a Animalistak donde trabajamos para todos los animales.
A. Nosotras al principio lo que hacíamos lo hacíamos sin nombre de organización, algunas cosas las hicimos bajo el nombre de Anti-toxic, que era un fanzine. Por ejemplo a finales de 1992 hicimos una edición monográfica del Anti-toxic sobre vegetarianismo, del cual se vendieron miles y miles de copias. Incluso se hizo una edición en México. Después creamos el Colectivo pro-Liberación Animal de Bilbao en la primera mitad de los noventa y seguramente estuvimos en algún colectivo más de aquella época. En el año 2000 nos incorporamos a ALA (Alternativa para la Liberación Animal) que pasó a unirse con otras organizaciones adoptando el nombre de Fundación Equanimal en 2006.
S. Fue muy importante lo que se hizo en esas organizaciones.
A. El trabajo de Equanimal e Igualdad Animal (organización que surgió también de ALA) en esos «años de gloria» que tuvieron hasta 2011, pienso que fue la causa de cómo está hoy la situación y lo visible que es el movimiento. En aquella época, cuando hablábamos de veganismo, yo pensaba que esa palabra no iba a llegar nunca a la sociedad, hasta hace no mucho yo decía que era vegetariana para que me entendieran, sin embargo ahora todo el mundo sabe lo que es. Y yo pienso que todo vino de las campañas de Equanimal e Igualdad Animal de aquellos años. Luego hubo un par de años de parón hasta que nos incorporamos a Piztiak en 2014, posteriormente a Animalistak y en la actualidad militamos en Animaliok

¿Alguna vez habéis recibido subvenciones o ayuda de instituciones, empresas u organismos de algún tipo para ayudar a los animales?
S. Nunca.
A. En todos los colectivos y asociaciones en que estado nunca hemos tenido subvenciones de instituciones ni patrocinios de empresas. Muchas veces los taurinos y cazadores dicen que lo que hacen los animalistas es porque van detrás de subvenciones.
T. Pero jamás hemos visto un céntimo.

¿Con qué fuentes de financiación sacan el trabajo adelante las organizaciones de defensa de los animales?
A. Las organizaciones pequeñas, de las propias activistas que siempre nos hemos pagado la impresión de carteles, la cola para pegarlos, las pancartas, las rejas para hacer las jaulas de nuestras performances (risas). En organizaciones un poco mayores se busca socios que aportan cuotas mensuales, o donaciones de personas particulares que quieren dar dinero a quienes trabajan por los animales como forma de aportar a la causa.
T. O con autogestión organizando conciertos, mercadillos y eventos.

¿Cuál es la campaña o el acto con el que os habéis sentido más a gusto en la labor de defender a los animales? ¿Cuál os parece más eficaz para lograr un cambio?
S. A mí me parece que un acto que hace la organización Anonymous for the Voiceless tiene un gran impacto. En la organización Animalistak, se hizo algo parecido hace unos años en un acto llamado «El reto del cubo», aunque yo no participé en ese acto, que se repitió varias veces. Básicamente es poner imágenes de vídeo en la calle para que la gente se dé cuenta de lo que hay.
A. Yo pienso que los actos en los que se usan imágenes llegan a unas personas pero a otras les genera rechazo. Viendo imágenes de los sabotajes a la caza del zorro que hizo Equanimal en Galicia aún hoy en día me emociono, se me caen las lágrimas. U otros actos muy grandes que se hacían, como uno delante del Guggenheim, un desnudo antitaurino de 200 personas que hubo que contratar una grúa para hacer fotos recogiendo toda la escena. Y el mismo acto en la plaza de las Ventas en Madrid con 500 personas.
S. Hace unos años estuve en Tordesillas por el Toro de la Vega y te remueve ver al animal sabiendo que va a ser perseguido y asesinado. También ver la brutalidad de esa gente que va a ver una matanza.
Tener que ir allí a defender al animal no es bonito, pero es algo que hay que hacer porque es justo. Fuí el siguiente año, pero no volví a saltar por miedo a recibir de nuevo una multa que no podría haber pagado. Y luego me sentí fatal por no haberlo hecho.
T. Yo apostaría por los actos de concienciación que lanzan un mensaje claro y contundente, como puede ser la campaña #Sufren de Animalistak. Es un mensaje claro pero a la vez es un mensaje al que no estamos acostumbradas a oír y que nos hace pensar.
A. En organizaciones en las que hacíamos cosas diferentes como el salto al ruedo o el asalto a la pasarela Cibeles, tiene la parte buena de que tienen mucha repercusión mediática, aunque tienen también la parte negativa de que son peligrosos para las activistas. Hay actos que tienen gran repercusión, pero realmente estoy convencida de que si la sociedad va a cambiar va a ser por la concienciación. A unas personas puedes llegar de una manera y a otras de otra, pero el cambio va a llegar concienciando a base de mandar mensajes sencillos que la gente entienda. Hay actos que son algo confusos y la gente no sabe concretamente para qué se hacen o reciben información sesgada de los medios. La concienciación tiene que ser diferente, muchas mesas informativas, estando más en contacto con la gente, repartiendo folletos, revistas y flyers y explicando a la gente qué es lo que sucede.
S. Es cierto, aunque también depende de cuáles sean los objetivos. No tiene el mismo objetivo saltar a la pasarela Cibeles que estar en una mesa informativa. Unas cosas tienen una intención más mediática para poner el foco en los animales y otros actos buscan más lanzar un mensaje a la sociedad.

Las personas que defendéis a los animales ¿os consideráis personas diferentes al resto de la sociedad o sois personas como cualquiera? ¿Por qué defendéis a los animales mientras otras personas les explotan y matan?
S. Creo que hay niveles de sensibilidad. Las personas más sensibles quizá son las que deciden ayudar a los animales. Pero nosotras no somos diferentes a las demás personas, puede ser que la sociedad nos vea como diferentes. A veces cuando conoces a una persona, vas entablando relación y un día les dices que no utilizas nada que sea de origen animal, quizá en ese momento te puede ver como diferente. Y te toca demostrar que no eres diferente, que eres igual que cualquiera.
A. Creo que somos totalmente normales, como cualquier persona. Pero cuando te das cuenta de que hay algo en la sociedad que quieres que cambie, entiendes que si no te involucras tú, si lo dejas en manos de «otras personas», lo más probable es que nadie haga nada. Así que hacemos lo que podemos, ponemos nuestro granito de arena que a veces será útil y otras veces no.
S. Si quieres un cambio, el cambio tienes que ser tú misma.
A. Somos iguales que otras personas solo que nosotros nos centramos en los animales, otras se centran en el feminismo, en el antirracismo, etc.
S. Y otras en nada, aparte de jugar a la play y beber cerveza (risas).
T. Yo elegí defender a los animales porque anteriormente participé en esa explotación y precisamente por ello creo que no somos diferentes, somos las mismas personas pero con una visión diferente, lo que antes nos parecía normal, ahora nos parece una aberración.

¿Qué creeis que piensa la gente del veganismo?
S. Que es algo extremo.
A. Piensan que es una dieta alimenticia sin más. Está de moda hablar de ello en los medios, hay hasta chistes de veganos y salen en alguna serie. Nos ven como «vegetarianos estrictos». Piensan que es un tipo de alimentación, no creo que se den cuenta de que es una filosofía sobre el uso de los animales, no lo relacionan con los espectáculos con animales, ni con la vestimenta…
S. La gente ni se plantea que alguien vegano por ejemplo no use un instrumento musical construido con cuerno de animal.
A. No se imaginan que rechazamos los zapatos de cuero, para ellos solo son zapatos buenos o malos, caros o baratos, no ven el sufrimiento y la muerte del animal.
T: Lo ven como una postura extrema que no va con ellos.
S: Piensan que es extremo y automáticamente dicen aquello de «los extremismos no son buenos». Si les hablas por ejemplo de la esclavitud enseguida se posicionan en contra de la esclavitud, sin sentirse extremistas, pero a nosotras nos consideran extremistas por posicionarnos en contra de la tortura y muerte de los animales.

¿Habéis tenido alguna vez algún problema de salud por vuestra alimentación?
A. Nunca he tenido problemas de salud, ni por la vitamina B12, ni otras vitaminas, ni nada. Creo que hay una leyenda urbana con eso, la gente no se preocupa de su salud ni de su alimentación en absoluto, de tomar una dieta variada, comer fruta, verdura… Sin embargo si eres vegana te lo dicen a ti, personas que ves que tienen una alimentación desastrosa. Al final creo que las veganas nos preocupamos más de tener una alimentación más equilibrada para no tener problemas.
S. Yo incluso me siento mejor que antes.
A. Yo ya no me acuerdo cómo me sentía antes de ser vegana (risas).
T. Yo me hago análisis rutinariamente y siempre me han dado bien. Nunca he notado nada diferente por ser vegana.

¿Pensáis que disfrutáis menos de la comida por no consumir animales, o que vuestra ropa es de peor calidad? ¿Pensáis que se es más infeliz por no explotar a los animales?
S. Nuestro cambio no es nada en comparación con lo que sufren los animales. Los tenemos 5 segundos en el paladar, pero a ellos les repercute en toda su vida. No me parece ningún esfuerzo. La comida vegana la disfrutamos, pero depende de quien la cocine (risas) y con qué calidad de producto. Ni toda la comida vegana es deliciosa, ni toda está mala.
A. Si te paras a pensarlo, la mayor parte de la comida vegana en realidad ya forma parte de la dieta de la gente que dice «comer de todo». Ellos también la comen, no se trata de cosas distintas que nos hayamos inventado. La base de nuestra alimentación son cosas normales que siempre se han comido aquí, como legumbres, cereales, verduras, fruta, hortalizas, semillas, frutos secos, etc. Sí, es cierto que tomamos algún alimento nuevo procedente de otros continentes, igual que se introdujo el kiwi, las alubias y las naranjas. Y sí, el tofu es de Asia, igual que el tomate, el chocolate, el café, el maíz y la patata son de América. Pero la base de la alimentación vegana es lo que se ha comido aquí siempre. La cultura en la que fuimos educadas no es vegana, así que hemos descubierto otras formas de cocinar alimentos de siempre, pero no son cosas raras ni nuevas. Lo cierto es que las personas veganas nos interesamos más por cocinar y por la nutrición, lo cual no es un inconveniente sino una ventaja en realidad, va en beneficio de nuestra salud.

¿Dónde pensáis que está la clave de que las personas continúen torturando y matando a los animales y considerándolos productos generación tras generación? ¿Por qué ocurre?
S. Supongo que por educación, por transmisión de generación en generación, y también por el efecto de la publicidad de la industria cárnica y la industria láctea.
A. La gente no cree que estén haciendo nada malo a los animales, ni que les estén torturando y matando por su culpa. No sienten que compran animales, ellos perciben que compran «pollo» como alimento, sin conexión con un animal capaz de sufrir. No piensan en la vida que ha tenido la vaca o el cerdo y no lo piensan por causa de la educación, porque nuestros padres nos han dicho «esto es una hamburguesa y te la tienes que comer». Así que es percibido como lo normal, la carne se ve como algo «bueno» que te da tu madre, son mensajes que recibes durante años y años, también en la escuela te dicen lo mismo. Es difícil pensar de otra manera y cuestionarlo, pero al llegar a adultos deberíamos cuestionarlo, como hacemos con cosas como la política o la religión… Deberíamos valorar si está bien o está mal.
S. Hay gente que ni siquiera se esfuerza en escuchar otros puntos de vista, que creen que lo que les han inculcado en la infancia es el que es, el perfecto y no salen de ahí. No quieren ver las cosas con objetividad ni decidir por sí mismas.

¿Y cómo asimiláis el hecho de que las personas coman animales todos los días, pero perciben como salvajismo que en otros países se coman a los perros y a los gatos? ¿Y por qué se defiende a algunas especies animales como delfines y ballenas y al mismo tiempo se fomenta la muerte de cerdos, vacas, pollos y peces?
T. Se trata de lo que nos han enseñado: hay unos animales que son «de compañía» que hay que respetar y otros animales «de granja» que existen para abastecernos. Nuestra educación es así y en otros países no es muy diferente, solo cambian las especies de los animales. Eso las personas lo tenemos grabado: cuáles son los animales que nos van a dar productos y por tanto se pueden matar.
A. La gente se escandaliza porque en unas hamburguesas, al analizarlas, encuentran carne de caballo. Para nosotras es exactamente igual, pero se escandalizan porque no es lo que les han enseñado. Por ejemplo los ingleses no suelen comer conejo, porque para ellos es «de compañía», y les parece una barbaridad que se coma, igual que aquí se piensa respecto a comer perros y gatos. Es algo totalmente cultural.
S. Viéndolo desde nuestro punto de vista, es algo incoherente. Nosotras hemos estado en ese papel de estar desinformadas y sabemos que es la educación que hemos tenido. Como siempre hemos visto que se defiende a los delfines y a los linces, mientras a los demás les hacemos lo peor, si no te lo dicen es muy difícil darse cuenta por una misma.
A. La mayoría de las personas cree que los animales están aquí para nuestro disfrute, los linces para verlos cuando vas al monte, los delfines para cogerte un barquito y verlos saltar en el mar… Piensan que unos animales son para que yo coma, otros son para que yo disfrute viéndolos en la naturaleza y otros son para que me acompañen en casa y no me sienta sola. En realidad lo que hace que se les trate de forma diferente es únicamente el beneficio que de ellos obtiene el ser humano.

¿Veis evolución por parte de la sociedad? ¿Ha cambiado algo a lo largo de los años?
T. Yo creo que por una parte sí se ve evolución, cada vez hay más gente concienciada, y esto se refleja en el número de personas veganas, pero hay otro dato llamativo o preocupante y es que sigue habiendo un sector que a pesar de haber más información y saber lo que ocurre con los animales, no les importa.
A. Viendo la evolución desde hace 20 años cuando empezamos a hacer activismo hasta ahora, sí veo que hay evolución, sin embargo no se refleja en cosas como las leyes. Los políticos siempre van por detrás de la sociedad, solo cuando vean que la inmensa mayoría de la población es antitaurina se plantearán cambiar la ley y prohibirla. Creo que eso va a tardar mucho en venir. Sin embargo pienso que la situación de explotación de los animales es ahora muchísimo más visible, gracias al trabajo de las organizaciones durante todos estos años, y se ha hecho más conocido el movimiento de Liberación Animal. Noticias como por ejemplo el policía que mató a la perra Sota en Barcelona, hace unos pocos años no hubiera salido en ningún medio ni hubiera sido noticia. Ahora sí preocupa a la gente. La población en general ahora tiene mucha más sensibilidad con los animales, pero hasta que eso tenga consecuencias hace falta más tiempo, por eso hay que seguir trabajando mucho, todavía nos quedan muchos años. El término veganismo es un término ya normalizado en los medios, cosa que hace años me parecía difícil conseguir que pasara. Es un avance muy lento, miras hacia atrás y tras 27 años piensas ¿solo hemos avanzado esto? Todos los cambios sociales son muy, muy lentos.
S. Sí, incluso cuando se trata de seres humanos es muy lentos con animales no te digo nada…
A. Sí, es algo que no nos afecta a nosotras mismas, sino a otros seres, así que tiene que ser más lento por fuerza. Pero soy consciente de que la semilla está plantada y esto está creciendo con fuerza, en realidad soy optimista.

¿Qué diríais a las personas que participan en la explotación de los animales a diario y por tanto son responsable de su confinamiento, su sufrimiento y su muerte?
T. Yo les diría que está en sus manos que la situación cambie, y que todo depende de nuestros hábitos de consumo. Si cambiamos nuestros hábitos, cosas tan simples como cambiar algo en nuestra alimentación o no consumir determinado producto, se puede evitar muchísimo sufrimiento.
A. Yo les diría que un animal es igual que tú y yo en algunas cosas: en que queremos vivir y disfrutar de nuestras vidas, intentamos ser felices, etc. Y a muchos animales no les estamos dejando porque les explotamos para utilizarlos para la alimentación, vestimenta o espectáculos. También les diría que no cuesta nada cambiar eso, son pequeños cambios, algunos de los cuales podemos hacer muy fácilmente, otros puede que cuesten un poco más. Muchos cambios realmente no cuestan esfuerzo y puede hacerlos cualquiera si se tiene interés y motivos. También les diría que trataran de empatizar con los animales para darse cuenta de la situación en la que están, para encontrar dichos motivos.