Priorizar la naturaleza podría generar 395 millones de empleos en diez años

Fuente: EL AGORA DIARIO

El Foro Económico Mundial estima que si las empresas centran su actividad en soluciones que sean positivas para la naturaleza, crearán un volumen de 10,1 billones de dólares en oportunidades de negocio y millones de nuevos puestos de trabajo

Otorgar prioridad a la naturaleza podría ser muy positivo para la resiliencia empresarial y económica. Sobre todo, en un momento en el que la pandemia mundial de la COVID-19 ha causado pérdidas masivas de empleo y una incertidumbre económica sin precedentes. Mientras gobiernos y empresas buscan estímulos de crecimiento, un nuevo estudio del Foro Económico Mundial (FEM) asegura que las soluciones “positivas para la naturaleza” tienen el potencial de generar 10.100 millones de dólares (unos 8.863 millones de euros) y en torno a 395 millones de empleos de aquí a 2030. Una estregia innovadora que serviría también para mejorar el grado de cumplimiento de los tratados internacionales de descarbonización, como el Acuerdo de París.

En concreto, el informe sobre el futuro de la naturaleza y la empresa del FEM proporciona las bases para que el sector privado aproveche una “oportunidad de oro”: centrándose en acciones industriales positivas para la naturaleza, es decir, que añadan valor a la naturaleza, las empresas podrían generar un volumen de negocio multimillonario. El informe demuestra que existen muchas oportunidades para lograr reconstruir la sociedad tras el impacto del coronavirus, que ha sido sin duda un claro recordatorio de nuestro desequilibrio con respecto al mundo natural.

El trabajo del conocido como Foro de Davos se sustenta en casos prácticos del mundo real en los que los resultados empresariales han mejorado gracias a resultados positivos para la naturaleza. Los ejemplos son infinitos: desde una agricultura inteligente que utiliza sensores e imágenes por satélite en Indonesia  y ha mejorado el rendimiento de los cultivos en una media del 60%, hasta el desarrollo verde del parque industrial de Suzhou en China, que ha visto aumentado  unas 260 veces su PIB a través del desarrollo ecológico. O el caso de Vietnam, donde los habitantes de comunidades costeras vieron aumentar sus ingresos más del doble tras la restauración de manglares representativos.

“Podemos abordar la inminente crisis de biodiversidad y restablecer la economía de manera que cree y asegure millones de empleos”, ha afirmado Akanksha Khatri, jefa del Plan de Acción Natural del Foro Económico Mundial. “En este momento, hay un clamor popular que reclama mejores prácticas por parte de empresas y gobiernos. Podemos proteger nuestros suministros alimentarios, hacer un mejor uso de nuestras infraestructuras y aprovechar nuevas fuentes de energía mediante la transición a soluciones positivas para la naturaleza”, ha explicado.

Por su parte, Inger Andersen, subsecretaria General y Directora Ejecutiva del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, cuyo departamento ha colaborado en la elaboración del informe, considera que “las empresas desempeñarán un papel fundamental en la gestión ambiental de nuestro planeta, ya que cuentan con la tecnología, la innovación y la financiación necesarias para dar los pasos que necesitamos para aumentar las inversiones en soluciones de infraestructuras naturales y basadas en la naturaleza”.

Mejorar la alimentación

En el informe del FEM, redactado en colaboración con AlphaBeta, se clasifican las acciones en tres ámbitos o sistemas socioeconómicos donde es posible ampliar el cambio. El primero y prioritario es el sector agrícola, ganadero y pesquero, ya que lo que comemos y cultivamos representa alrededor de 10 billones de dólares del PIB mundial y genera empleo para un 40% de la mano de obra mundial. En este ámbito las soluciones positivas para la naturaleza pueden crear 191 millones de nuevos empleos y 3,6 billones de dólares en ingresos adicionales o ahorros de costes de aquí a 2030.

Las estrategias que pueden seguir las empresas agroalimentarias son múltiples. Por un lado, el FEM cree que habría que lograr una diversificación de la dieta, ya que en torno al 75 % de los alimentos mundiales procede de una docena de especies vegetales y cinco animales. De aquí a 2030, una dieta más diversificada a base de verduras y fruta puede crear 310.000 millones de dólares en oportunidades comerciales. Por otro, el informe apunta al enorme valor añadido que puede tener la tecnología en explotaciones a gran escalacon una agricultura de precisión, sepodrían generar más de 4,3 millones de empleos y 195 .00 millones de dólares en oportunidades de negocio de aquí a 2030.

En lo que respecta a la pesca, actualmente se necesita cinco veces más esfuerzo para capturar la misma cantidad de peces que en 1950. Si se mantiene el planteamiento de “seguir como hasta ahora”, las reservas piscícolas sufrirán una reducción del 15 %. Esto le costará a la industria 83.000 millones de dólares, ya que los barcos tendrán que desplazarse más lejos y pescar en mayores profundidades. La gestión sostenible del ecosistema ofrece a la industria marítima mundial un modo de aprovechar una oportunidad de 40.000 millones de dólares.

En este apartado, aunque no entre dentro de la categoría de alimentación, el FEM también hace recomendaciones al comercio minorista, donde cada segundo se quema el equivalente a un camión de basura de productos textiles. Esto significa que se pierden 500.000 millones de dólares cada año a raíz de la ropa desechada, un desperdicio que se podría evitar con un mayor uso de géneros más renovables y con la reutilización, la rehabilitación y el reciclaje de ropa. Una revisión completa de las prácticas actuales podría generar un ahorro de 130.000 millones de dólares y evitar 148 millones de toneladas de residuos textiles de aquí a 2030.

Construcción y energía

Aproximadamente el 40% del PIB mundial proviene del entorno en el que vivimos: edificios de oficinas, viviendas y transportes. Pero, también en el sector de la construcción y las infraestructuras, las soluciones positivas para la naturaleza pueden crear 117 millones de nuevos empleos y 3 billones de dólares en ingresos adicionales de aquí a 2030. Aquí aparece explicítamente mencionado el sector del agua urbana: si se amplía la instalación de sensores inteligentes, la reducción de fugas de agua municipales podría representar un ahorro de 115.000 millones de dólares en una década. Esto supondría una rentabilidad de la inversión en cuanto a eficiencia del suministro de agua que podría superar el 20%.

Por supuesto, una economía más “verde” también pasa necesariamente por los edificios inteligentes. La modernización de los sistemas y la instalación de tecnologías más eficientes en nuevas construcciones pueden suponer un ahorro de 825.000 millones de dólares de aquí a 2030. De hecho, solamente el cambio a la iluminación LED y el uso de luz natural podrían generar un ahorro de más de 650.000 millones de dólares para esa fecha. Y tampoco hay que olvidar la gestión de residuos: con 305.000 millones de dólares en oportunidades de ingresos adicionales, el mercado mundial de economía circular podría duplicarse en 10 años si se realizan las inversiones adecuadas en el sur de Asia, Asia Oriental y el África subsahariana.

Por último, el informe del FEM se centra en la energía que producimos y extraemos, que representa casi una cuarta parte del PIB mundial y el 16 % del empleo mundial. Con la creciente demanda de energía, surge la oportunidad de crear 87 millones de puestos de trabajo y generar 3,5 billones de dólares en oportunidades de negocio de aquí a 2030. Sobre todo en el sector de las energías renovables, en el que se espera que para 2030 haya oportunidades de 650.000 millones de dólares y rentabilidades superiores al 10%. Eso sí, será necesario desarrollar paquetes de estímulo para la energía solar y otras renovables comercializadas, que tienen el potencial de generar millones de nuevos puestos de trabajo.

Actuar cuánto antes es una de las prioridades que señala el informe, en el que se explicita que el 80% de la pérdida de biodiversidad es impulsado por tres sectores económicos a los que hacen referencia las soluciones. Como la dependencia de nuestras economías y negocios en la naturaleza es evidente, parece indispensable identificar y mitigar los riesgos de pérdida de la naturaleza de las operaciones comerciales. Y es que, si iniciamos una reconstrucción económica que no sea al mismo tiempo una transición ecológica, será imposible que haya trabajo o prosperidad en un planeta muerto.