Baja la contaminación del aire en Italia y Madrid debido al coronavirus y, antes de forma drástica, en China.

Fuente: GREENPEACE Y AGORAFINDE

Los cielos europeos pierden contaminación debido al coronavirus. La reducción de la actividad industrial y, sobre todo, de los desplazamientos debido al estado de alerta decretado en Italia o España han rebajado la presencia de gases dañinos para la salud como los óxidos de nitrógeno. En Madrid, la calidad del aire ha mejorado en pocos días y el tráfico se ha reducido a niveles de agosto

El estado de cuarentena declarado en España y en Italia por el coronavirus se está dejando notar de forma clara en la limpieza de los cielos. Reducir la actividad de un país, restringir el tránsito de personas y de vehículos y verse obligados a rebajar la producción industrial no puede tener como consecuencia más que la caída de las emisiones a la atmósfera. Esto Se deja notar de forma especial en los óxidos de nitrógeno, un compuesto que se genera en la combustión de los motores de explosión y las plantas térmicas de carbón y que resulta dañino para la salud humana.

La Agencia Espacial Europea (ESA) ha distribuido imágenes de la evolución de los niveles de dióxido de nitrógeno NO2 sobre Europa en las últimas semanas. Han sido captadas por el satélite Copernicus Sentinel 5-P y muestran una caída sustancial que se deja notar especialmente en el norte de Italia, región que lleva mucho más tiempo que España en cuarentena.

“La disminución de las emisiones de dióxido de nitrógeno en el valle del Po en el norte de Italia es particularmente evidente”, afirma Claus Zehner, gerente de la misión Copernicus Sentinel-5P en un comunicado difundido por la agencia espacial.

Problemas respiratorios

Curiosamente, el coronavirus y la contaminación atmosférica pueden tener una relación más. Los óxidos de nitrógeno son especialmente dañinos para el sistema respiratorio y agravan las condiciones de salud de personas con problemas pulmonares. Según la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) estos gases son responsables de la muerte de 10.000 personas en España cada año. De modo que, a medida que mejora la calidad del aire debido a las restricciones impuestas por el coronavirus también hay mejores condiciones para aquellas personas afectadas por problemas respiratorios o que pudieran contraer la enfermedad.

En ese sentido, en un reciente artículo publicado en la revista Time, el doctor italiano Lorenzo Casani, director de una clínica en Lombardía situada en el frente de batalla del coronavirus señalaba que las malas condiciones del aire habituales en el norte de Italia podrían haber contribuido sin duda a empeorar el efecto de la enfermedad en los habitantes afectados de la región.

Debido a la intensa actividad industrial de la zona y a sus condiciones geográficas, con poca circulación del aire, Lombardía es una de las zonas más contaminas de Europa, como puede apreciarse en las propias imágenes que ofrece el satélite Sentinel.

Pese al descenso de la actividad de las últimas semanas, el norte italiano sigue apareciendo en los mapas como una extensa área de color amarillo, mayor incluso que las grandes ciudades y núcleos industriales españoles. En este sentido, en nuestro país ya ha empezado a notarse de forma inmediata el efecto de la paralización de actividades ocasionada por el estado de alarma decretado por el Gobierno español ante el coronavirus.

Baja la contaminación en Madrid

El #YoMeQuedoEnCasa y el confinamiento en los hogares empezó a notarse desde el pasado viernes 13 de marzo en Madrid. La calidad del aire fue muy buena en 13 estaciones de medición de la capital y muy buena en el resto. Y todo ello pese a las condiciones de anticiclón y altas temperaturas que imperaban esos días.

A menos coches, menos contaminación

Esta semana los valores medios de dióxido de nitrógeno apenas han alcanzado el 40% del límite fijado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Unión Europea (UE). En Madrid, desde que el martes 10 de marzo comenzasen las primeras medidas de contención, como el teletrabajo o la suspensión de clases, los niveles de NO2 han bajado día tras día. Una reducción que se hizo patente a partir de la aplicación del estado de alarma el sábado 14, medida que limitaba drásticamente el uso del vehículo particular.

El descenso del tráfico en Madrid se ha traducido en una mejora notoria de la calidad del aire. La contaminación por dióxido de nitrógeno en la ciudad se redujo un 35 % respecto al sábado anterior, cuando no había restricciones de ningún tipo y las condiciones meteorológicas eran similares. Si el pasado día 7 la proporción de dióxido de nitrógeno en toda la ciudad fue de un promedio de 33 microgramos por metro cúbico, este sábado la medición de este contaminante fue de 21 µg/m³, informa la agencia Efe. También en Barcelona la contaminación ha bajado de forma muy similar

¿Cómo funciona la contaminación en las ciudades?

Podríamos pensar que en aquellas ciudades con altos niveles de contaminación nos harían falta semanas o incluso meses para poder limpiar la atmósfera. Sin embargo, tras unos días sin tráfico la calidad del aire ya es notablemente mejor. Las sustancias que estas generan cada día son depuradas por la atmósfera en función de las condiciones meteorológicas, ya sea de forma horizontal (gracias al viento) o verticalmente, mediante los movimientos de aire entre las capas de la atmósfera.

En este caso, tras el decreto del estado de alarma el pasado sábado tuvo lugar un periodo de inestabilidad meteorológica protagonizada por una DANA que ayudó a disipar la contaminación de las ciudadesY al haber cesado las principales fuentes (principalmente el tráfico, seguido en menor medida de la industria) no se ha vuelto a generar tanta contaminación, ayudando a mantener unos niveles excepcionalmente positivos para el mes de marzo.

Este descenso de la contaminación no es una sorpresa a la vista de lo sucedido en China hace dos meses. En el país origen de la crisis del COVID-19 las emisiones de NO2 vivieron una reducción sin precedentes a raíz de las restricciones de tráfico, un efecto que primero fue visible en Wuhan, epicentro del coronavirus, pero que después se extendió a todo el conjunto del país asiático.

Desde Greenpeace insistimos en que la prioridad indiscutible en este momento ha de ser la lucha contra una pandemia que afecta muy especialmente a la población más vulnerable. En esta situación tan difícil como la que estamos viviendo deberíamos extraer una lecciónnunca deberíamos vacilar a la hora de tomar medidas contundentes siempre que se ponga en riesgo la salud de las personas. Por este motivo animamos a las administraciones a que, tras el estado de alarma, se analicen las consecuencias derivadas de unas circunstancias excepcionales, como es la mejora de la calidad del aire. De esta forma, podremos tomar las medidas necesarias para garantizar que no se vuelvan a incumplir los niveles máximos de contaminación fijados por la OMS una vez superada la crisis.

El coronavirus baja la polución, con claridad, en China

A pesar de las malas noticias que supone la expansión del COVID-19, la epidemia podría tener un efecto positivo inesperado en forma de reducción de emisiones. Las agencias espaciales norteamericana (NASA) y europea (ESA) han observado desde finales de enero una “significativa” caída de los niveles de dióxido de nitrógeno en el espacio aéreo chino, como consecuencia del brote de coronavirus.

Es decir, las medidas de cuarentena y paralización de los desplazamientos tomadas por el Gobierno chino para frenar el número de contagios y muertes está suponiendo una menor contaminación y una mejora en los niveles de polución.

Los  óxidos de nitrógeno se forman principalmente por la combustión de hidrocarburos. Una fuente de emisión principal son los motores de explosión del parque motorizado, especialmente los que usan como combustible el  diesel. El NO2 también se forma por la quema de hidrocarburos para la generación eléctrica. China, en este sentido, es especialmente dependiente de la quema de carbón, una fuente muy contaminante, para la generación de electricidad.

No existen de momento  gráficas para las emisiones de CO2, principal gas de efecto invernadero, pero la asociación entre NO2 y dióxido de carbono está clara en la literatura científica y es evidente la relación entre la la disminución de un gas y de otro, por lo que de suponer que la aportación de China al calentamiento global, vía CO2, también ha disminuido en estas semanas.

La NASA ha publicado varios mapas donde se comparan los niveles de polución entre el 1 y el 20 de enero y entre el 10 y el 25 de febrero. También han compartido imágenes aéreas tomadas por satélites e instrumentos de las agencias espaciales donde también se comparan los niveles de polución en Wuhan entre enero y febrero de 2019 y los de 2020. En todas ellas, la diferencia salta claramente a la vista.