El cambio climático es un reto al que la comunidad científica sigue aportando evidencias cada día más contundentes y que ningún gobierno debe ignorar. Actuar a tiempo será crucial para aprovechar las oportunidades.
La comunidad científica sigue generando conocimiento y el reciente Informe Especial sobre los 1,5 ºC del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático concluye que es posible mantenernos por debajo de los 1,5 ºC si se toman medidas urgentes y ambiciosas de inmediato.
La Unión Europea ha sido y es unos de los líderes en la lucha contra el cambio climático. Los países miembros han adoptado o están desarrollando sus planes y estrategias para abordar sus compromisos.
En nuestro país, el 22 de febrero, el Gobierno presento el Marco Estratégico de Energía y Clima un paquete de medidas que convierte la lucha contra cambio climático en una de las prioridades de la acción política nacional y sienta las bases para una transición energética.
Además de cumplir nuestros compromisos de mitigación en el contexto de la ambición mostrada por la Unión Europea, nos permite aprovechar los importantes potenciales beneficios en generación de empleo y nuevas oportunidades económicas y de negocio, así como evitar aquellas inversiones que supongan un riesgo climático y financiero en el futuro.
Las propuestas incluidas en este paquete de medidas supondrían un impulso sin precedentes para avanzar en la senda hacia la descarbonización de la economía española, al tiempo que nos alinea con la hoja de ruta de la Unión Europea y con el Acuerdo de París.
Las emisiones de gases de efecto invernadero habrán de reducirse al menos un 90 % con respecto a 1990 para 2050 y al menos un 20 % para 2030. Esto supone que, en poco más de una década, tendremos que eliminar de la economía una de cada tres toneladas de CO2 equivalente emitidas a la atmósfera, un reto alcanzable.
El marco estratégico presentado está constituido por el borrador del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030 (PNIEC) que recoge la propuesta de planificación energética para la próxima década (incluyendo objetivos nacionales en materia de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, energías renovables, ahorro y eficiencia energética).
Este era un requerimiento de la CE y ya ha sido enviado para su evaluación. Lo completan el anteproyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética, una propuesta de marco normativo que deberá ser aprobado por el Parlamento y la Estrategia de Transición Justa, que incluye los planes de acción para las comarcas donde la transición podría generar impactos económicos especialmente importantes.
100% de energías renovables en 2050
El PNIEC estima que las energías renovables habrán de doblar su contribución para 2030, alcanzando el 42% sobre el uso final de la energía, y alcanzar un 74% de generación en 2030 y el 100% en 2050. El Plan ha sido sometido a un estudio de impacto económico, de empleo, social y sobre salud pública que concluye que será muy positivo.
Las inversiones acumuladas movilizadas se situarán en el entorno de los 235.000 millones de euros a lo largo de la década 2021-2030 e irán destinadas principalmente a medidas de ahorro y eficiencia energética, promoción de energías renovables y desarrollo de las redes y la electrificación de la economía.
Sin duda, reducir nuestra dependencia de combustibles fósiles importados, contaminantes y dañinos para la salud, y cuyos precios son cada vez más elevados y volátiles, por unas energías renovables autóctonas, limpias y con unos costes decrecientes y más estables, es una gran oportunidad económica.
Así lo señalan recientes estudios elaborados por la Comisión Europea o, más recientemente, un informe presentado por Cambridge Econometrics, en el que se apunta que España será uno de los países donde más crecerá el empleo gracias al cumplimiento del Acuerdo de París (en más de 200.000 puestos de trabajo).
Un reto complejo pero necesario
En este sentido, los objetivos y políticas del paquete de medidas presentados por el Gobierno envían señales claras y con antelación suficiente para que las empresas y los inversores puedan posicionarse.
Durante demasiado tiempo, la lucha contra el cambio climático ha ocupado un lugar secundario en la agenda política española. Es un reto complejo que como científicos debemos abordar de forma multidisciplinar.
Tenemos el deber de colaborar de forma estrecha con nuestros gobiernos y con la sociedad en general para encontrar soluciones ambiciosas e implementarlas con rapidez. Eso sí, siempre desde el conocimiento del esfuerzo que requieren y los potenciales beneficios que conllevan en el corto, medio y largo plazo. El marco presentado representa un primer y muy importante paso.