Menos carne sí, pero de mejor calidad

Fuente: SALTO DIARIO

En Ganaderas en Red no somos investigadoras ni científicas pero por los datos que la ganadería extensiva desprende sabemos que es una opción más saludable, respetuosa y sostenible. Aunque lamentablemente no existe forma de diferenciarla de otros tipos de producción.

El consumo de carne ha estado en entredicho desde hace algunos años y estos últimos días se encuentra en el ojo del huracán de la opinión pública. Los debates que han asolado las redes sociales y los medios de comunicación han puesto en evidencia que existe una necesidad de clarificar una controversia, no siempre argumentada con razonamientos veraces, que divide a los consumidores y los hace tambalearse hacia un lado u otro del consumo de carne.

Es importante y necesario que la población tenga fácil acceso a investigaciones y referencias válidas y asequibles para poder tomar una decisión consciente sobre los alimentos que adquieren. Por ello, este debate suscitado a raíz de las declaraciones de nuestro Gobierno es una oportunidad para poner sobre la mesa argumentos contrastados que puedan ser utilizados por la población.

Estos debates que asolan las redes han servido también para visibilizar  que existe una ganadería que se diferencia de las demás por su manejo y por sus cualidades: la ganadería extensiva. Un tipo de ganadería donde ni la calidad de la carne, ni el manejo, ni las aportaciones al entorno son lo mismo.

Porque si imaginamos el pueblo de nuestros abuelos, seguro que nos viene a la memoria la estampa del ganado en los montes que circundaban el pueblo. Vacas, ovejas y cabras pastando praderas, eriales o montes, llenando el aire con el sonido de sus cencerros… ¿Se imaginan el mismo pueblo con extensas naves llenas de animales que no ven la luz del sol? ¿Podrían asegurar, en ese caso, que las repercusiones hacia el entorno, hacia los habitantes son las mismas que en el caso de animales pastando en el monte? Y otro asunto, ¿las cualidades de este tipo de carne serían las mismas que en el primer caso?

La respuesta es más que obvia

Por eso es fundamental poner de relieve algunos de los aspectos socioeconómicos y medioambientales que aporta la ganadería extensiva no sólo al medio rural, sino a toda la población. Para empezar la ganadería extensiva aporta un equilibrio al ecosistema que aprovecha a través del pastoreo ya que los animales que forman parte de estas ganaderías contribuyen con este pastoreo a generar paisaje, prevenir incendios forestales y capturar carbono a través del abono del territorio. Además, la ganadería extensiva realiza un aprovechamiento sostenible de los recursos de la zona ya que el suplemento de pienso, cereales y forraje que se utiliza es muy puntual y se centra, en la mayoría de los casos, en el invierno o en época de sequía/escasez y en los momentos puntuales de cebado. El resto del año, los animales se alimentan con los pastos que aprovechan de forma natural a lo largo del territorio donde se encuentran.

A nivel socioeconómico este tipo de ganadería tradicional no sólo fomenta el tejido social/empresarial de las zonas rurales. Hay muchas familias que subsisten de estas prácticas repartidas por todo el territorio, son negocios familiares que en ocasiones aportan circuitos cortos de comercialización en el entorno, y más aún, cuando hay empresas transformadoras del producto (por ejemplo, las queserías artesanas) que se nutren de dichos oficios familiares. También conserva el patrimonio cultural del territorio – a través del mantenimiento de las infraestructuras asociadas a la tradición ganadera y todas las costumbres como la trashumancia- y las razas autóctonas, muchas de ellas en peligro de extinción ya que son específicas de una zona y no son seleccionadas únicamente por criterios productivistas.

Por otra parte sabemos de sobra la diferencia de calidad en los alimentos. Porque la ganadería extensiva aporta productos de calidad tanto en características organolépticas (sabor, textura…) como nutricionales que tienen que ver también con el trato y el bienestar real de lo animales. Otra de las características de este tipo de ganadería innegable: la salud de un animal que se encuentra pastando en libertad siempre será mejor que la de un animal que no ve la luz del sol durante toda su vida. En la producción extensiva nuestros animales pastorean libremente, o guiados por nosotras, y tienen un comportamiento natural, lo que indica que son animales con bienestar.

En Ganaderas en Red no somos investigadoras ni científicas, pero estamos al corriente de los datos que aportan las investigaciones que se realizan hacia la ganadería y conocemos que no siempre existe sesgo a la hora de diferenciar la ganadería extensiva de otros tipos de producción. Invitamos a quienes nos estén leyendo a que busquen, indaguen en internet artículos que puedan arrojar luz a este debate, que no se conformen con cualquier opinión, sino que contrasten artículos e informes de investigadores que puedan ayudar a tomar una decisión con criterio y bien avalada.

Por ello, y por intentar que la sociedad conozca esta realidad, solicitamos encarecidamente que exista una regulación específica para cada tipo de producción ganadera, ya que no todas son iguales. No puede ser que se utilice la misma legislación para unos animales que se encuentran en naves a lo largo de toda su vida que para otros que están casi todo el año pastando en el monte.

Con una diferenciación de la ganadería en el origen es mucho más sencillo conseguir una diferenciación real de los productos que cada tipo de ganadería produce. La ganadería extensiva necesita diferenciar sus productos por su calidad, por su aportación al medio ambiente, por su relevancia a la hora de promover la biodiversidad de los ecosistemas… y con esta diferenciación habría un mejor acceso al producto, permitiendo  elegir qué carne comer y cuál es la implicación. Una apuesta por una producción ganadera diferente y más sostenible.

Somos conscientes de que el planeta tiene un límite y de que la ganadería extensiva no podría soportar toda la demanda de carne que existe en la actualidad. Por ello, creemos que es necesario disminuir el consumo de carne (incluyendo la procesada), pero es tremendamente importante que la carne que se consuma proceda de un sistema que contribuya positivamente a su entorno, que incida en el bienestar de sus animales, que aporte productos de calidad y contribuya a hacer del mundo un lugar un poco mejor.